El diagnóstico en neurodivergencia no es simplemente una etiqueta sino una herramienta para comprender, acompañar y garantizar derechos.
Desde una mirada feminista e interseccional, permite visibilizar experiencias diversas y reducir desigualdades.
Es un proceso que puede abrir caminos hacia la comprensión y la validación de experiencias que históricamente han sido invisibilizadas.
Reconocer la neurodivergencia implica mirar más allá de los estándares normativos y entender cómo afectan la manera en que las personas neurodivergentes viven, son percibidas y acceden a apoyos.
Muchas personas, especialmente mujeres y otras identidades, han sido sistemáticamente excluidas de los procesos diagnósticos o mal diagnosticadas debido a sesgos estructurales en la medicina y la psicología.
Los modelos tradicionales han sido construidos desde una mirada masculina, lo que ha generado una brecha en el reconocimiento de las manifestaciones diversas de la neurodivergencia.
El diagnóstico no debe ser visto como una forma de patologización, sino como una herramienta para comprender y acompañar.
Permite acceder a recursos, adaptaciones y derechos que mejoran la calidad de vida. Además, contribuye a derribar estigmas y a promover una visión más amplia de la diversidad humana.
En Concora tenemos el lujo de contar con Marta Casanovas, experta en Neurodivergencia, para realizar el proceso de Valoración y Diagnóstico.
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