Pareja

Casi todos nosotros y nosotras hemos crecido con la idea de que vivir en pareja tiene mucho que ver con eso de “fueron felices y comieron perdices”.

Sin embargo, todas las personas que compartimos o hemos compartido nuestra vida con otra persona, sabemos lo complejo que es precisamente eso: llegar a compartir la vida.

Hay momentos, además donde situaciones externas afectan mucho y dificultan aún más el encuentro y la intimidad: nacimiento de hijas o hijos, o el deseo e imposibilidad de tenerlos, pérdida de trabajo, pérdida de personas queridas, cuidado de familiares dependientes, diferencias de prioridades o momentos de vida, diferencias en enfoque de crianza, diagnóstico inesperado de hijos (enfermedad, diversidad funcional, discapacidad, neurodivergencias…), las relaciones con la familia de origen y la familia política, los temas cotidianos de la convivencia…

También hay aspectos relativos al mundo interior de cada uno, al carácter, manera de ser, de comunicarse, de pensar, sentir, funcionar… estilos de apego y vinculación, experiencias previas en otras relaciones de pareja, que también pueden influir en la relación actual.

Y también situaciones que se complejizan con la estructura social y cultural que sostiene y de alguna manera define lo que es normal y esperable en las relaciones de pareja.

 

Dar el paso de hacer terapia de pareja demuestra una enorme valentía y una apuesta por vuestra relación.

En sí mismo es una demostración de compromiso y amor mutuo.

Quizá sentís que es vuestro último recurso, después de venir de una etapa difícil en la que lo habéis intentado todo por arreglar o recuperar vuestra relación.

La comunicación, la intimidad, la conexión emocional pueden estar muy erosionadas, con respuestas a la defensiva, con evitación de temas o situaciones que os hacen sentir incómodos u os hacen saltar, irascibilidad, enfados, sentir que ya no os aguantáis, que no reconocéis a la persona de la que os enamorásteis…

Quizá habéis llegado a saltaros vuestros propios límites y lineas rojas: reproches, mentiras, ocultación, mal-trato, des-trato, insultos, deciros «verdades» y descargas emocionales que no os hacen llegar a nuevos puntos de acuerdo o comprensión, sólo os hacen más daño…. tiempos de silencios y evitar compartir espacios juntos…

El sexo se puede haber perdido por el camino, o podéis sentir que ya no os hace disfrutar o conectar como antes.

Son situaciones dolorosas, a veces confusas, de no entender cómo se ha llegado a la situación actual y sentirse en un laberinto del que no se sabe cómo salir sin hacerse más daño…

 

Somos muy conscientes de la vulnerabilidad que implica hacer un proceso de terapia de pareja, y del momento tan delicado por el que seguramente estáis pasando, por eso, cuidamos especialmente este espacio para que sea seguro para ambos, para ambas.

 

Para que sea un espacio de escucha, expresión auténtica, descarga y liberación emocional terapéutica.

Para que pueda darse un proceso de re-conocimiento, reencuentro y re-comprensión de uno/a mismo/a y el otro/a,

Para identificar más claramente las necesidades de cada uno, las distintas estrategias para satisfacerlas y el conflicto que se da internamente y en la relación en ese proceso. Lo que cada uno activa en la otra persona.

Para encontrar soluciones prácticas, eficaces y eficientes que faciliten el caminar juntos.

Desde el buen trato y el respeto a la experiencia y al sentir mutuo.

 

Tenemos una mirada atenta y especializada para:

  • Parejas en periodo Perinatal (buscando embarazo, durante el embarazo, preparación al parto, postparto y primera crianza)
  • Parejas en las que, alguno de los miembros ha vivido experiencias de abuso o violencia en relaciones anteriores
  • Parejas Neurodivergentes y Mixtas Neurodivergentes
  • LGTBIQ+
  • Mixtas Racializadas
  • Diversidad y disidencia relacional

 

Algunos posibles síntomas de alarma: rutina y aburrimiento, falta de comunicación, discusiones frecuentes por tonterías, irascibilidad, echarse en cara cosas del pasado, adelantarse y reprochar cosas que van a suceder “y ya verás como se te ocurra decirme/hacer…”, insatisfacción, distancia, ausencia de deseo, problemas sexuales, falta de confianza mutua, infidelidad… pequeños o grandes conflictos cotidianos que nos separan y provocan que “ya no nos apetezca estar como antes”…

 

Podemos construir y mantener una relación de pareja fluida, honesta y placentera, basada en la comunicación y el buen amor.

 

Os acompañamos también si el camino es hacia la separación. Porque a veces es cierto, que lo mejor para ambas partes (y para los hijos e hijas cuando los hay) es que la pareja pueda separarse con respeto, buen trato y buena comunicación, para cada uno continuar vidas de manera más plena, sin que suponga hacerlo desde el sufrimiento y el conflicto.

 

El buen amor se reconoce porque en él somos exactamente como somos

y dejamos que el otro o la otra sea exactamente como es.

Joan Garriga

 

Os esperamos