Las Navidades con peques, sobre todo en sus primeros años son todo un desafío.
El choque entre modelos de crianza
Las maneras tan diferentes de hacer y concebir la manera de criar, de entender lo que necesitan las y los peques y los choques que suelen darse con la familia de origen, con la familia política, con la familia más extensa…
Días de intensidad emocional
de salida de rutinas, estructura y horarios descontrolados
de chantajes y amenazas
de premios y castigos
de luchas de poder (con las y los peques, pero sobre todo ¡con otros adultos!)
de sobre-estimulación y festines de azúcar
de que se nos vaya de las manos el tema regalos
las pantallas
y el sueño
y las mal llamadas «rabietas»
y las explosiones de alegría intensas y efímeras que dan paso al «quiero más»
de intentos de que tu bebé vaya pasando de brazos en brazos
de presiones para que nuestras hijas sean «niñas buenas», nuestros hijos «buenos chicos» y nosotras «buenas madres» a los ojos del patriarcado.
De intensidad de ruidos, luces, olores, sabores, texturas, sensaciones, contacto y sobreestimulación total.
Si además existe alguna condición visible o invisible que dificulte la comprensión de sus necesidades, sus reacciones y sus conductas, la dificultad y la carga emocional estará casi asegurada.
Nuestras hijas e hijos necesitando seguridad y quizá también autonomía.
Nuestras niñas interiores sobre-activadas, con las heridas de la infancia y el sistema de apego a flor de piel.
El volumen y la intensidad emocional aumenta.
El estrés, la vergüenza, la culpa, la rabia, la ansiedad, y después la tristeza, la incomprensión y la soledad. El agotamiento emocional.
Desde los desencuentros y conflictos con la pareja, la familia de origen y/o política, la presión por hacer y tenerlo todo bajo control, hasta la proyección en los hijos de asuntos inconclusos y el uso de estas fechas para compensar a tu niña interior con todo lo que se quedó pendiente o insatisfecho en tu infancia.
Ojalá puedas darte ratitos de parar y sentir.
Ratitos de autocuidado.
Identificar lo que verdaderamente necesitas tú, para identificar después más claramente lo que necesitan tus hijas, hijos, hijes.
AutoMaternarte antes de volcarte en maternar.
Ojalá puedas mirarte con comprensión y mirada afectiva a ti misma, a la niña y la adolescente que fuiste.
Entendiendo el sistema familiar del que vienes, del que viene tu pareja.
Lo estás haciendo lo mejor que puedes. Y ellos y ellas lo hicieron también lo mejor que supieron.
Desde esa comprensión y ese respeto también se pueden poner límites y autolímites de protección y seguridad.
Para tus peques, para ti misma, para el entorno, el ritmo y la estructura de los encuentros.
Y así, ojalá podáis disfrutar de estas fiestas. Con toda su magia y toda su verdad.
Te lo deseo de corazón.
Felices fiestas y entrada al nuevo año.