Las mujeres hemos sido miradas desde la psicoterapia tradicional como si nuestra psique fuera similar a la de un hombre (esto ocurre con todas las disciplinas de la salud, donde la medida de la salud y la enfermedad es androcéntrica, porque toma al hombre como referencia y como medida).
Hemos sido atendidas como si fuéramos lineales en lugar de cíclicas, criticando y patologizando aspectos que son naturales y saludables en nosotras (como la sensibilidad, la intuición, los procesos psicohormonales, la puesta de límites desde la justa cólera, o el instinto -el maternal, el sexual…-) y ninguneando y silenciando situaciones y acciones que dañan profundamente nuestras mentes, cuerpos y nuestras vidas, contribuyendo por ejemplo, a la normalización de abuso y violencias al no señalarlas como algo fundamental a abordar en el proceso psicoterapéutico.
Ofrecemos un enfoque psicológico y psicocorporal especialmente orientado a las mujeres, porque las mujeres necesitamos terapeutas que comprendan la complejidad que supone ser mujeres en el mundo, la cultura y la sociedad actual:
- las presiones, expectativas,
- los mandatos patriarcales y los malestares que sentimos,
- la autocrítica y la autoexigencia que nos acompaña cotidianamente,
- la vergüenza y la culpa cuando no cumplimos con lo esperado,
- el miedo a ser auténticas, a hacer, decir y sentir lo que nos plazca,
- las situaciones violentas que vivimos-sufrimos cotidianamente, que tantas veces están absolutamente normalizadas incluso por algunos terapeutas y profesionales de la salud,
- el poco espacio con el que contamos para cuidar nuestro espacio personal,
- las dificultades para darnos a nosotras mismas lo mismo que damos a les otres,
- la complejidad de integrar identidades cotidianamente invisiblilizadas (trabajadoras, madres, lesbianas, mestizas, racializadas, trans, migrantes…)
Si la mente, el cuerpo, las emociones y relaciones de las mujeres son atendidos desde la mirada patriarcal, sin perspectiva de género, sin revisión feminista, en la mayoría de ocasiones, la psicoterapia no sólo no nos resulta útil, no nos sirve, sino que puede llegar a resultar iatrogénica, a hacernos daño, revictimizar, culpar, retraumatizar.
Además, la psicología hegemónica patriarcal ha prestado poca atención a las mujeres sanas mental y emocionalmente. Hay poco desarrollo teórico acerca de la salud psicoemocional y relacional de las mujeres y la sintomatología y conductas que se tomarían como referentes.
Como plantea la analista junguiana Clarisa Pínkola Estés, «La teoría psicológica tradicional se agota demasiado pronto cuando se trata de analizar a las mujeres creativas, talentosas, profundas. La psicología tradicional se muestra a menudo muy parca o totalmente silenciosa a propósito de las cuestiones más profundas e importantes para las mujeres: lo arquetípico, lo intuitivo, lo sexual y lo cíclico, las edades de las mujeres, la manera de actuar de una mujer, su sabiduría y su fuego creador.»
Puedes emprender un proceso de psicoterapia cuando
* Te sientes bien y quieres estar mejor
* Sientes que te has perdido de ti y estás en proceso de búsqueda de ti misma
* Te sientes estancada y sabes que hay algo más en la vida para ti
* Sientes malestar, confusión o insatisfacción en algún área de tu vida
Nuestra psicoterapia es para ti si estás en un proceso de:
Cuando las vidas de las mujeres se quedan estancadas o se llenan de aburrimiento, es hora de que emerja la mujer salvaje: una mujer sana robusta, colmada, tan poderosa como la fuerza vital, dadora de vida, consciente de su propio territorio, ingeniosa, leal, en constante movimiento. C.Pínkola
Si sientes que es momento de emprender este viaje, te esperamos.